Freddy Superlano: Mientras unos bailan sus fracasos ocho familias barinesas lloran sus muertos
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28/05/2017 | 8:59 PM
(Prensa VP)
La responsabilidad del caos, terror y muerte que vivió Barinas y sus habitantes la semana pasada es producto de una gobernadora usurpadora, desorientada y desconectada con las verdaderas necesidades del pueblo barinés que quedó abandonado a su suerte, una vez que el hermano del difunto presidente Chávez prefirió huir hacia adelante en su afán de cuidar su pellejo sin importarle la suerte de los paisanos que lo eligieron y que hoy reclaman comida, medicinas y buenos servicios que les garanticen calidad de vida, esa vida que muchos arriesgaron y seguirán arriesgando para vivir en libertad.
Cuando Freddy Superlano habla de lo que pasó en el pueblo que lo vio nacer y crecer, lo hace con tristeza y pesar. Referir que Barinas quedó devastada y arruinada y que eso le costó la vida a ocho jóvenes inocentes, no es tarea fácil para quien todos los días se tropieza de frente con el hambre y las necesidades que están pasando sus paisanos y que los llevó a reaccionar como lo hicieron el 22 de mayo y durante toda la semana.
El parlamentario tiene su propia visión de lo sucedido: a la “muchacha de mandado de Adán”, le quedó grande el puesto de gobernadora (aunque sea por usurpación) porque fue por su irresponsabilidad y desorientación que en Barinas ocurrieran tantas muertes que pesarán en su memoria para el resto de su vida, por prestarse a seguir unas líneas de quien dejó abandonada a su suerte a quienes alguna vez confiaron en él y salió huyendo cuando se dio cuenta de su incapacidad para controlar el descontento de sus paisanos.
Se pudo evitar esa explosión de violencia?
No creo en las casualidades. Creo que se trató de un plan bien orquestado del Gobierno nacional con asesoramiento del G2 cubano para crear caos y culpar a los factores democráticos de la oposición de una violencia que no está en nuestra agenda de protestas pacíficas y cívicas.
El régimen, o mejor llamarla la dictadura fascista que ha destruido al país durante casi dos décadas, explica el parlamentario, se siente acorralado por las acciones pacíficas que se han desarrollado a lo largo y ancho del país. No en vano, mientras más cívicas y pacíficas nuestras protestas, el Gobierno responde con más muerte y represión.
Recordemos que el régimen se alimenta de la violencia y por eso quiere llevarnos a su mismo terreno para culparnos de unos saqueos y destrozos que pudieron ser evitados si ellos no hubiesen acuartelado a sus policías y a la Guardia Nacional por un término de 48 horas que fue más que suficiente para que sus colectivos armados hicieran los destrozos y saqueos con los que nunca vamos a estar de acuerdo y que reprochamos y condenamos.
La lucha de la oposición democrática, afirma Superlano, no es ni será jamás en contra de quienes valientemente se mantienen al frente de un negocio, de una venta de comida, de una empresa. No es contra ellos, que también padecen nuestras mismas carencias y se la juegan para mantener abiertos sus locales. Nuestro deseo de cambio es justamente para evitar esos hechos abominables apoyados por el oficialismo que quiere perpetuarse en el poder para continuar destruyendo y robándose lo poco que va quedando de nuestro aparato productivo.
Un guión nacional
Esta espiral de violencia que se desató y que hasta ahora nos deja ocho jóvenes asesinados por balas de armas de fuego disparadas por guardias y policías y casi un centenar de heridos por la brutal represión de los organismos de seguridad del Estado, responde a un guión nacional planificado por el Gobierno, comenta el parlamentario y responsable regional de Voluntad Popular en Barinas.
Si de verdad el Gobierno no tiene nada que ver con lo que pasó en Barinas y lo que ha pasado en otros estados como Bolívar, Táchira, Mérida o Sucre, donde los hechos son muy similares y, por cierto, los comerciantes siguen esperando la ayuda oficial prometida para recuperar sus negocios, entonces, exhorto a Zenaida Gallardo para que presente ante el Ministerio Público a los policías regionales que han sido señalados por testigos, como los responsables de los asesinatos de al menos dos de los muertos.
“Este es el momento, Zenaida Gallardo, para demostrarle a sus paisanos barineses que su espíritu de paz y deseos de justicia es igual para todos. Que su justicia no es solo para su bando y que usted no apaña asesinos en su policía. Siga el ejemplo de la fiscal Luisa Ortega, que reconoció públicamente que son los propios guardias nacionales y los policías los que están asesinando a quienes pacífica y cívicamente claman por libertad. No haga lo que su jefe, que mientras baila sus fracasos, ocho familias barinesas lloran a sus muertos”, expresó Superlano.
Constituyente: un traje a la medida del régimen
El Gobierno pretende imponer una dictadura con la constituyente. No quiere controles, eliminar lapsos y procedimientos que en un futuro pudieran cambiar el actual orden político, como la posibilidad de un revocatorio o la posibilidad de unas elecciones para que sea a través del voto directo, universal y secreto que se sustituyan o nombren los representantes de los írganos públicos, sentencia el parlamentario.
A su juicio, la nueva asamblea constituyente eliminaría la elección presidencial del año próximo, establecería elecciones de segundo o tercer grado, “siempre controlando ellos los delegados”, imitando al modelo cubano para cualquier elección popular, para establecer una hegemonía política sin ningún tipo de contrapeso democrático que les impidiera implantar un gobierno comunal como han sido siempre sus deseos para con el país.
Esa es, en esencia, una de las razones más poderosas para no abandonar la protesta. Es hasta que Maduro y compañía salgan del poder. “En esos casi dos meses de lucha que el pueblo protagoniza en las calles para salir de esta gente enferma de poder nos estamos jugando la vida, la de nuestros hijos y nietos y es así como se debe entender la resistencia. Es estar en la calle hasta que ellos se vayan”, dijo enfático Superlano.
Foto: Superlano: Hay testigos, fotos y videos que prueban cómo funcionarios policiales y militares son responsables de las muertes de los jóvenes en Barinas.